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UITA
Unificando los trabajadores agroalimentarios y de hostelería en todo el mundo



La Ronda del Desarrollo de Doha: una receta para la destrucción masiva de medios de vida, el desempleo masivo y la degradación del trabajo

Incluido en el sitio web de la UITA el 21-Nov-2005

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La siguiente declaración es el resultado de una iniciativa de la UITA, de la Internacional de Servicios Públicos (ISP), de la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM), así como las ONG que trabajan sobre los asuntos de comercio, inversión y justicia social. Los sindicatos y las ONG temen que las negociaciones de la OMC, que van a proseguir en la Conferencia Ministerial de Hong Kong en diciembre próximo, tengan graves consecuencias para el empleo en los sectores de la agricultura, la industria, la pesca, la explotación forestal y los servicios.

Sírvanse leer la declaración abajo y, si su organización (no usted como individuo) desea firmarla, les agradecemos enviar un mensaje a [email protected] y a [email protected] indicando el nombre completo de su organización. Esta declaración será enviada a todos los Estados miembros de la OMC, así como a los medios de comunicación nacionales e internacionales. Se les ruega enviar sus firmas antes del 24 de noviembre de 2005 por la tarde. La lista de firmantes está disponible en el sitio PSI .

Tras la publicación de la declaración adoptada en la Conferencia Ministerial de Hong Kong, organizaremos una rueda de prensa en Ginebra. Si su organización ha firmado la declaración abajo, sería conveniente que envíe una copia de la misma a los Ministros de Comercio, Trabajo y Agricultura de su país, así como a los parlamentarios, y que la difunda a través de los medios de comunicación locales. En Hong Kong, organizaremos una rueda de prensa común con los representantes de los principales grupos de interés, con el objeto de presentar nuestras observaciones y nuestra propia declaración. Por otra parte, recogeremos estudios de caso relativos a las consecuencias de la liberalización del comercio en los medios de vida, el empleo y las condiciones de trabajo. Éstos podrán utilizarse en los documentos difundidos a través de los medios de comunicación.



Cuando, en abril de 1994 en Marrakech, los ministros de comercio del mundo firmaron la Carta fundacional de la OMC, su primera oración estableció que la OMC se compromete en elevar los niveles de vida, lograr el pleno empleo y generar un volumen considerable y en constante aumento de ingresos reales...

¿Se ha materializado el milagro de Marrakech? ¿Los empleos y los medios de vida están asegurados y con un crecimiento estable? No. Las reglas comerciales y de inversión de la OMC han llevado al mundo en la dirección opuesta, y las actuales negociaciones amenazan con llevarnos aún más lejos.

Después de diez años bajo la OMC, el desempleo ha subido en el mundo entero. La calidad del empleo existente a menudo ha bajado, con un aumento del trabajo sucio, peligroso y degradante. La mayor parte de ese empleo es precario. De hecho, mucha gente más, empleada en la economía formal o en los sectores devastados de la agricultura familiar y campesina, está siendo empujada hacia la economía informal, en la que no hay protección social ni reglamentación. En las empresas multinacionales (EMN), cada vez más empleados tienen contratos de trabajo temporales y precarios. Siguen produciendo para estas empresas, pero ya no son sus empleados. En efecto, muchas EMN tratan de desvincularse de cualquier responsabilidad en materia de relaciones de trabajo directas y apelan a la externalización. Muchas personas en el mundo entero - trabajadores, mujeres, productores rurales - y aun países enteros se han visto obligados a dejar de ver en el trabajo un medio para desarrollarse y adquirir autonomía.

Diez años más tarde, estamos en medio de la llamada Ronda del Desarrollo de Doha. ¿Se han aprendido las lecciones? ¿Ofrecen los negociadores comerciales soluciones para enfrentar este fracaso masivo? No parece haber ninguna posibilidad. Veamos las tres principales áreas de negociaciones comerciales – la agricultura, los bienes industriales y los servicios.

Se suponía que la creciente liberalización del comercio de productos agrícolas durante la década pasada traería ventajas para todos. Los únicos ganadores fueron las empresas multinacionales agroalimentarias. Estas EMN controlan la sobreproducción y la exportación de las cosechas de un puñado de países productores, manteniendo los precios bajos y eliminando millones de empleos, causando la migración masiva del campo de trabajadores agrícolas, campesinos y agricultores familiares y empujando a millones de personas indigentes hacia ciudades ya atestadas o el extranjero, donde están privados de sus derechos básicos. Debido a la promoción sistemática por la OMC de la agricultura extensiva orientada hacia la exportación mediante la apertura obligada de los mercados, las economías más ricas del mundo dependen cada vez más de la explotación de trabajadores temporeros o migrantes vulnerables. La agricultura familiar está desapareciendo, mientras que se alientan e incluso se subsidian los métodos de producción masiva más destructivos en el plano social y medioambiental.

Para los países en desarrollo, la "diversificación" hacia flores y productos "nichos" está siendo promovida como una solución contra el problema de la baja de los precios agrícolas de las materias primas. En la agricultura a ivel mundial, hay más desempleo, más hambre, más inseguridad alimentaria. Los que contribuyen a alimentar a los habitantes del mundo tienen cada vez más dificultades para alimentarse a sí mismos. A pesar de la necesidad urgente de acciones para resolver la crisis sistémica global en la agricultura, los verdaderos problemas no están en el orden del día de la OMC. Y los “adelantos” que se proponen durante los preparativos de la reunión de Hong Kong, en los que la agricultura se ha vuelto canje en el regateo que permite a las EMN obtener ganancias en las negociaciones NAMA sobre servicios y productos no agrícolas, amenazan con agravar aún más la situación. Así nos alejamos aún más de la gestión racional de los recursos agrícolas destinada a satisfacer necesidades humanas para orientarnos hacia el objetivo del lucro de las EMN.

Las negociaciones NAMA tendrán un efecto similar para los productos industriales, pesqueros y forestales en los países en vías de desarrollo. Estos países son presionados para reducir considerablemente sus tarifas arancelarias sobre estos bienes. Mientras esto puede bajar los costos de estos bienes, esto se hará a expensas del empleo actual y futuro. La industria pesquera y forestal proporciona medios de sustento, alimentos esenciales y medicinas para millones de personas a través del mundo. El noventa por ciento de los pescadores del mundo - casi 40 millones de personas - son empleados en la pesca artesanal de pequeña escala y estos hombres y mujeres están abrumadoramente empobrecidos. Además, 13 millones de personas están empleadas en el sector formal forestal y más de 1,6 millón dependen de los bosques para su sobreviviencia y sustento (por ejemplo, recogiendo leña, plantas medicinales y productos alimenticios). Las propuestas de la OMC de eliminar totalmente las tarifas arancelarias en ambos sectores podrían “tener consecuencias sumamente graves para esta gente, tanto por la pérdida de acceso, como por la destrucción de los recursos naturales de los cuales ellos tradicionalmente dependen.”

Las reducciones arancelarias propuestas aumentarían los incentivos a nivel internacional, sobre todo para grandes barcos pesqueros arrastreros comerciales que capturan peces con métodos sumamente destructivos, lo cual alentaría la explotación de un recurso ya seriamente agotado. Los pescadores locales y las comunidades pesqueras pobres sufrirían cada vez más del impacto de la sobreexplotación de los mares por grandes flotas comerciales que capturan mucho del pescado de alta calidad. Hay también un riesgo de importaciones de pescado barato artificialmente subvencionado por naciones costeras con un mercado interior fuerte, haciendo imposible que los pescadores vendan sus capturas locales. De manera parecida sucedería en el sector forestal, pues incluso una evaluación de impacto realizada por la Comisión Europea establece que los países en vías de desarrollo con industrias forestales protegidas por altas tarifas arancelarias podrían "incurrir en gastos considerables ambientales y sociales debido a la reducción del tamaño de su capacidad industrial y por el cierre completo de algunas industrias."

Si los países con sectores industriales débiles son inundados con importaciones baratas, estas industrias serán borradas, causando un mayor desempleo. En países donde tales industrias aún no están establecidas, estas importaciones impedirían el desarrollo de las clases de empleo industrial sostenible que a menudo es la ruta del desarrollo. Las actuales negociaciones no conducen ni al empleo decente, ni al desarrollo y pueden causar desempleo masivo y la destrucción de formas de sustento existentes, privando a los gobiernos de ingresos arancelarios muy necesarios. Si eventualmente bajo este proceso algún empleo realmente se crea en algunos países en vías de desarrollo, en gran parte, esto será a expensas de los empleos de los países desarrollados más caros. Pero también los países en vías de desarrollo compiten cada vez más entre sí (como en el sector textil). La mayor parte de esos empleos seguramente serán mal pagados e inseguros.

¿Los servicios son la receta mágica para la creación de empleos? Este es el sector de crecimiento más rápido a nivel de empleo. Las negociaciones sobre los servicios dependen de la privatización de los servicios gubernamentales (o públicos), la “terciarización” o de otras formas de liberalización de sus sectores de servicios como base para ser capaz de hacer compromisos irreversibles bajo el GATS. Ninguna de estas medidas tiene un buen registro en términos de empleo: la gente pierde el empleo o tiene un empleo inseguro, de baja calidad y mal pagado. Las empresas multinacionales son libres y tienen una historia de marcharse en cuanto las ganancias reducen su velocidad o se agotan, dejando abandonados a los trabajadores compitiendo por un puesto de hamburguesas o por empleos en algún centro de llamadas. Los neo-liberales argumentan que 100 empleos que cambian de la A a la B siguen siendo 100 empleos, pero si con esto disminuyen por diez con cada cambio de operación y la seguridad y la calidad de los empleos caen en un circulo vicioso, entonces el empleo decente cae en un deshuesadero.

Los empleos son también una parte incorporada en las negociaciones sobre servicios. Bajo el Modo 4, las discusiones sobre el movimiento de las personas de un país a otro con el fin de proporcionar servicios con una base temporal, no sólo serán muchos los trabajadores sujetos a salarios bajos y condiciones pobres, sino sus países de origen a menudo van a perder habilidades valiosas - la fuga al Norte de caros programas locales de capacitación - es una fuga de cerebros que va a subvencionar el Sur para que el Norte se desentienda de proporcionar salarios decentes y condiciones que mantendrían a enfermeras y profesores del Norte en sus sistemas de salud y de educación. Las negociaciones del Modo 4 simplemente aceptan 'la inevitabilidad' del desempleo masivo en los países en vías de desarrollo. La OMC no tiene mandato para resolver los problemas de empleo y de migración causados por las negociaciones del Modo 4, que no debería formar parte del AGCS. Consideramos más bien que los programas de migración a largo plazo, más seguros y basados en los derechos son esenciales.

El actual modelo comercio -> crecimiento -> desarrollo es un fracaso, como incluso lo comienzan a reconocer el Banco mundial, el FMI y los informes de la OCDE. Más comercio, en ciertas circunstancias, puede crear crecimiento. No obstante, siempre debemos preguntarnos: ¿qué tipo de crecimiento?; ¿crecimiento para quién? Hoy esto es el crecimiento del desempleo, un fenómeno ampliamente conocido a través del globo. Hoy las estadísticas del crecimiento comercial y nacional son indicadores sin significado de la verdadera riqueza nacional, el bienestar de la gente de un país (aunque en realidad indican la riqueza de las grandes empresas). Lo que en última instancia cuenta es la clase de crecimiento y el modelo de desarrollo que estas estadísticas describen y si ese modelo nos dice que los agricultores y trabajadores están en vías de obtener ingresos decentes y condiciones de trabajo y de sustento decentes o si, por el contrario, ellos pueden esperar un futuro con un crecimiento continuo de la pobreza y la inseguridad.

Las propuestas de liberalizar aun más la agricultura, la producción industrial y los servicios conducirán a una nueva ola inmensa de desempleo y de empeoramiento de los empleos y medios de sustento existentes tanto en los países en vías de desarrollo como en los desarrollados, a favor de las ganancias de unas empresas multinacionales.

Este programa de destrucción masiva de empleos tiene que ser detenido.

Los sindicatos y organizaciones de la sociedad civil abajo firmantes hacen un llamado a los miembros de la OMC para que:

Las reglas que rigen el comercio internacional y la inversión deben ser juzgadas según un criterio único : ¿generan progreso en la dirección del crecimiento económico social y ambientalmente sustentable, progreso social y un mayor bienestar para todos? ¿O nos llevan en la dirección opuesta, hacia la destrucción social y ambiental, hacia la migración masiva y la inseguridad global? El veredicto después de los primeros diez años de la OMC es contundente. Es hora de cambiar el rumbo.