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UITA
Unificando los trabajadores agroalimentarios y de hostelería en todo el mundo



28 de abril – Muerte en los Puestos de Trabajo

Incluido en el sitio web de la UITA el 27-Apr-2005

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Continúa la carnicería. Las estadísticas que registran lesiones, enfermedades, mutilaciones y muertes por causas relacionadas con el trabajo no muestran tregua. Se estima que en el año 2004 tuvieron lugar nuevamente 270 millones de accidentes en los lugares de trabajo. En algunos países y en algunos sectores, como las minas de carbón de China, la tasa de mortalidad se está elevando.

La OIT estima –de manera conservadora– que por lo menos 2,2 millones de personas continúan muriendo anualmente como consecuencia de su empleo, incluyendo a 22.000 niños muertos en los puestos de trabajo. Las mujeres son cinco veces más propensas que los hombres a morir por causas relacionadas con el trabajo, a raíz de su papel predominante en la agricultura. La mitad de todos los accidentes mortales en los lugares de trabajo suceden en la agricultura. Quienes ayudan a alimentar al mundo son doblemente propensos a morir que los/as trabajadores/as de la mayoría de los otros sectores. Más adelante en este proceso, la elaboración de alimentos se ha convertido en una máquina que produce lesiones de invalidez por esfuerzos repetitivos. Los/as trabajadores/as de la alimentación y las bebidas se ven presionados por una incesante aceleración, en un implacable empuje en pro de mayores ganancias. Sin embargo, no existen estadísticas globales sobre lesiones y mortalidad para el sector – una indicación de la baja prioridad asignada a la salud y la seguridad en el lugar de trabajo. En muchos países, el sector servicios –incluyendo los hoteles y restaurantes– está registrando aumentos en las tensiones, los accidentes y las lesiones en los lugares de trabajo, así como en las enfermedades de largo plazo.

Si bien es más probable que las muertes y las lesiones ocurran en los países pobres, los peligros del trabajo son universales y también lo es el antídoto: organizaciones sindicales fuertes en cada lugar de trabajo, comités firmes sobre salud y seguridad, un control colectivo suficiente sobre el proceso de las tareas, de manera de permitir que los/as trabajadores/as realicen su actividad con seguridad.

El 28 de abril, el Día Internacional de Conmemoración para Trabajadores/as Muertos y Lesionados, no debe convertirse en un ejercicio retórico o simbólico. Cuatro mil trabajadores/as bananeros de Nicaragua han marchado a la capital, Managua, con el objeto de exigir una acción efectiva para las miles de víctimas del Nemagon, un plaguicida agudamente tóxico utilizado en las plantaciones de banano y azúcar en América Central, Filipinas y el Caribe. Las trabajadoras en Nestlé Brasil, mujeres jóvenes que ya no pueden trabajar porque están invalidadas a raíz de las LERs, han tenido que elevar sus casos ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, debido a que el empleador se rehúsa a reconocer su responsabilidad y prefiere despedir a las víctimas, en lugar de modificar sus métodos de producción. Estas trabajadoras, junto a los millones de otros/as que en todo el mundo mueren y se enferman en sus puestos de empleo, requieren solidaridad y apoyo activos. El día 28 abril, podemos afirmar una vez más el derecho universal al trabajo seguro mediante el único medio viable: capacitar para una plena participación de los/as trabajadores/as a través de sus organizaciones sindicales para que negocien todos los problemas que afectan la salud y la seguridad de los empleados/as en todas partes.