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UITA
Unificando los trabajadores agroalimentarios y de hostelería en todo el mundo



Retienen informe del TLCAN que revela amenazas para la agricultura mundial

Incluido en el sitio web de la UITA el 09-Nov-2004

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A la vez que ejerce presión con su queja ante la OMC contra la caducada moratoria de la Unión Europea respecto a las importaciones de OGMs, el gobierno de Estados Unidos procura suprimir un informe oficial sobre la contaminación transgénica del maíz mexicano, preparado por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La administración ha intervenido para detener su publicación y realiza esfuerzos para postergarla indefinidamente, pero las conclusiones filtradas del informe pueden ser actualmente leídas en internet.

El informe, elaborado en respuesta a los requerimientos de organizaciones mexicanas del medio ambiente, de las comunidades autóctonas y de agricultores, confirma lo que los investigadores independientes habían documentado con anterioridad, pero que ha sido negado consistentemente por la industria agroalimentaria/biotecnológica y sus agentes políticos. En México, la cuna del maíz y el depositario de la más rica variedad de especies del mundo, el maíz nativo ha sido extensa e irreversiblemente contaminado por las variedades de OGMs de EE.UU. a pesar que los cultivos transgénicos de carácter comercial están prohibidos en México.

Todo grano transgénico es una semilla y los agricultores lo plantarán. El polen se esparce a medida que la planta madura y los genes patentados se insertan en el material genético de las variedades no transgénicas. Esto es lo que sucedió en México, impulsado por las importaciones transgénicas de bajo costo y subsidiadas que atravesaron la frontera a raudales en el marco del TLCAN.

El informe concluye que México solamente puede proteger su biodiversidad y las comunidades agrícolas que la resguardan mediante el fortalecimiento de la moratoria respecto al cultivo comercial de maíz transgénico. Con el fin de lograrlo, señala el informe, el gobierno debe minimizar las importaciones de maíz transgénico e insistir sobre el uso de "etiquetado claro y explícito en las bolsas, contenedores y silos" que contienen maíz transgénico. Para defender las variedades nativas, el informe exhorta a moler inmediatamente todo el maíz importado en el punto de ingreso a efectos de interceptar la contaminación transgénica en la fuente.

No es de extrañar que la industria quiera suprimir el informe. Éste reconoce implícitamente que el conflicto en torno a los OGMs no tiene que ver con la "ciencia" sino con el poder, específicamente con la capacidad de un puñado de sociedades mercantiles de semillas, plaguicidas y granos de dictar las condiciones en la agricultura mundial. Éste es el significado de la afirmación en sus conclusiones, en cuanto a que "Las presiones económicas asociadas con la agricultura moderna y las actuales asimetrías en la economía del intercambio comercial de maíz entre México y Estados Unidos podrían provocar que campesinos y pequeños agricultores abandonaran el uso de variedades nativas". Obligar a los campesinos mexicanos a abandonar el maíz nativo constituye precisamente el programa que ha venido procurando la agroindustria empresarial bajo el TLCAN. La meta no consiste solamente en captar el mercado mexicano del maíz para las agroindustrias con sede en EE.UU. (ya Canadá depende fuertemente de los transgénicos para el maíz y la soja), sino hacer que la labranza mexicana dependa de insumos patentados de semillas, plaguicidas y otros productos químicos. El gobierno de EE.UU., al comentar el proyecto de informe, acorta rápidamente el camino hacia la cuestión fundamental: la recomendación del informe referida a que todos los embarques comerciales de maíz deben ser inmediatamente molidos "representaría una barrera significativa al comercio".

El informe es particularmente embarazoso por cuanto la administración Bush no está simplemente procurando una queja ante la OMC contra las vacilantes restricciones de la UE con relación a los OGMs. Actualmente está preparando una segunda queja ante la OMC que ataca los requisitos europeos de etiquetado para los transgénicos. Como parte de una ofensiva más amplia orientada a derribar las "barreras" para expandir las exportaciones de alimentos básicos, está introduciendo por la fuerza el maíz transgénico en África, disfrazado de "ayuda alimentaria" y preparando el terreno para el cultivo global de arroz transgénico, el máximo lauro corporativo.

La CCA fue creada bajo el “acuerdo lateral” ambiental del TLCAN como una forma de vender el pacto comercial a un público hostil, preocupado por el impacto del "libre comercio " sobre la salud, la seguridad y el medio ambiente. Al igual que el "acuerdo lateral" sobre los derechos laborales, que fuera anexado en el mismo momento y por las mismas razones, es un ineficaz apéndice a un vehículo destinado a la expansión de las empresas. Sin embargo, las conclusiones y las recomendaciones del proyecto de informe sobre el maíz mexicano pueden servir como directivas mínimaspara contener una mayor contaminación transgénica en América del Norte y más allá.

También se pueden extraer una serie de otras conclusiones. En primer lugar, proceden en forma absolutamente correcta las naciones africanas que han sido ridiculizadas y amenazadas por la administración Bush debido a su insistencia en moler el maíz importado de EE.UU. La Ley de Crecimiento y Oportunidad para África del año 2000, la cual condiciona un mayor acceso a los mercados sobre la base de concesiones políticas, ha sido un vehículo para coaccionar a los gobiernos a abandonar sus esfuerzos de defender la seguridad alimentaria, la biodiversidad y la salud pública. Al rechazar las importaciones de maíz sin moler de EE.UU., los gobiernos africanos simplemente están actuando sobre la base del principio cautelar. Ellos merecen un mayor respaldo por su posición a los efectos de evitar ser sometidos a la inanición.

En segundo término, si se necesitaran más evidencias, el informe de la CCA demuestra que la "segregación" y la "separación" de las cosechas transgénicas y no transgénicas constituye un fraude de relaciones públicas impulsado por la industria. Cuando los cultivos comerciales transgénicos cobran fuerza, la contaminación es inevitable e irreversible.

En tercer lugar, los transgénicos se refieren fundamentalmente a los derechos, el poder y el control. La biodiversidad y los pequeños agricultores no son las únicas víctimas de la liberalización comercial mundial. La mayoría de las semillas genéticamente modificadas están destinadas a resistir altas dosis de plaguicidas y herbicidas tóxicos. Su comercialización implica más – y no menos -- aplicaciones químicas, estando los/as trabajadores/as agrícolas y de plantaciones en las primeras líneas de dicha exposición. Los transgénicos constituyen la ruta protegida por las patentes para menoscabar la sustentabilidad social y ambiental de la agricultura global. El etiquetado obligatorio de los organismos genéticamente modificados y las prohibiciones respecto a los cultivos comerciales son los instrumentos básicos de la defensa social y biológica contra una tecnología invasora y deberán ser utilizadas contra las reglamentaciones del comercio y las inversiones que promueven a la agricultura transgénica.

Por último, actualmente la Unión Europea está envuelta en la OMC en una controversia sobre la propagación adicional de los OGMs, pero resulta un combatiente renuente (“Los Transgénicos y la OMC: La Defensa de una Moratoria que se Esfuma”). En la OMC, la UE procura combatir las sanciones comerciales que resultarían a raíz de una decisión favorable para los EE.UU., Canadá y Argentina en su queja contra la ex moratoria. Por otra parte, en su propio seno, la Comisión de la UE se doblega ante las presiones de la industria de la biotecnología. En la más reciente de una serie de capitulaciones voluntarias, la Comisión autorizó ahora las ventas en toda la región del maíz NK603 resistente al glifosato de Monsanto en los alimentos y los forrajes. La capitulación definitiva ante la industria se pondrá a votación en una reunión del Comité de Reglamentación programada tentativamente para el 29 de noviembre, cuando se solicitará a los estados miembro de la UE que abandonen su principio cautelar y levanten sus prohibiciones nacionales contra los OGMs. En el contexto del informe de la CCA, es oportuno recordar que estas prohibiciones fueron promulgadas en Austria, Alemania y Luxemburgo como respuesta a inquietudes específicas acerca de las variedades de maíz transgénico de Bayer, Monsanto y Syngenta (otras prohibiciones nacionales abarcaron la semilla de colza, acerca de la cual también existen abundantes pruebas de contaminación transgénica). Los sindicatos europeos deberían utilizar el informe suprimido del TLCAN, de manera de recordar a sus gobiernos y a los Comisionados de la UE, en primer lugar, los motivos por los cuales fueron promulgadas estas prohibiciones y seguidamente realizar campañas para defenderlas y ampliarlas.

Actualmente existe un instrumento internacional de derechos humanos que brinda a los países la facultad y los medios de rechazar las importaciones transgénicas: el Protocolo sobre Bioseguridad (o de Cartagena) relativo al Convenio sobre Diversidad Biológica (“Hacia un Multilateralismo Basado en los Derechos para el Sistema Alimentario Mundial” explica el Protocolo sobre Bioseguridad y cómo los sindicatos pueden utilizarlo). Si el Protocolo hubiera estado en vigor y efectivamente puesto en ejecución cuando el TLCAN comenzó su acción destructiva, millones de pequeños agricultores mexicanos no se hubieran visto obligados a unirse a las filas de desempleados urbanos y la contaminación transgénica hubiera sido detenida en la frontera.

La jurisprudencia de los derechos humanos no solamente proporciona a los países la facultad de defenderse contra los OGMs. Les exige hacerlo. Es necesario que las organizaciones sindicales ejerzan presión en favor de una más amplia ratificación y puesta en práctica de las disposiciones del Protocolo sobre Bioseguridad y comiencen a emplear efectivamente esta herramienta esencial.