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UITA
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Fonterra y el escándalo de la leche en China – demasiadas preguntas sin respuestas

Incluido en el sitio web de la UITA el 01-Oct-2008

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Los medios de difusión estatales de China comenzaron a informar por primera vez el 11 de setiembre sobre los bebés enfermos por causa de una fórmula láctea, después que un bebé falleció a raíz de cálculos renales en la provincia de Gansu. Las primeras noticias se refirieron a "un número indeterminado de infantes que padecían de cálculos renales en por lo menos siete provincias y regiones, luego de ingerir la fórmula láctea rotulada San Lu".

San Lu es el socio de una joint venture con el gigante lácteo Fonterra Co-operative Group, con sede en Nueva Zelanda.

Al día siguiente, las autoridades de China revelaron que se había hallado el compuesto químico melamina en muestras de leche en polvo para bebés. Los medios de comunicación chinos informaron que el Grupo San Lu había decretado un retiro inmediato de la fórmula láctea elaborada antes del 6 de agosto. El único comentario que pudo ser extraído de Fonterra fue: "Entendemos que el producto involucrado sólo se vendió en China".

El 15 de setiembre, cuando los medios de difusión chinos notificaron una segunda muerte a raíz de la leche en polvo con añadido de melamina, la Primer Ministro de Nueva Zelanda anunció que fue su gobierno el que había denunciado el escándalo de la leche contaminada y puesto en marcha el retiro del producto, después del fallido intento de Fonterra de haber retirado de la venta los productos de su socio en joint venture.

Ese mismo día, Fonterra emitió una declaración increíblemente ambigua y evasiva. ¡Reveló que había sido advertida acerca de la contaminación de la fórmula para bebés en una reunión del Directorio de San Lu que se había efectuado el 2 de agosto! La declaración continúa diciendo que "ejerció fuerte presión" para que San Lu retirara la fórmula y que San Lu "puso en marcha inmediatamente un retiro comercial de la fórmula infantil", seguido por "un completo retiro público de todas las fórmulas infantiles". Sin embargo, este "retiro inmediato" no tuvo lugar hasta el 12 de setiembre – o sea 5 días después que el gobierno neozelandés alertó al gobierno chino, luego de haber sido puesto en aviso por Fonterra 3 días antes.

¿Qué estaba haciendo Fonterra entre el 2 de agosto y el 5 de setiembre, cuando procedió a informar al gobierno de Nueva Zelanda?

En una conferencia con los medios de comunicación el 24 de setiembre a fin de anunciar sus resultados para los años 2007/08 y la distribución de efectivo a los accionistas-agricultores, la dirección de Fonterra ofreció una respuesta para explicar su escandalosa omisión: "Consideramos firmemente que la forma más efectiva de retirar el producto de las estanterías y alejarlo de los consumidores consistía en trabajar dentro del sistema chino".

¿Pero acaso le tomó un mes a Fonterra caer en la cuenta de que trabajar dentro del sistema chino no estaba funcionando? La larga trayectoria de complicidad y pasividad oficiales ante los escándalos de contaminación de alimentos en China debería haber sido considerada como un llamado para la acción inmediata.

Sorprendentemente, la dirección de la compañía prosigue sosteniendo que ha hecho todo lo que pudo durante este período; actualmente está tratando de relativizar su responsabilidad, calificando como “desastroso” el manejo del escándalo de la melamina por parte de San Lu y acusándolo de haber intentado encubrir la contaminación desde diciembre del 2007.

El propio manejo de la crisis por parte de Fonterra sólo puede ser catalogado como un encubrimiento – no solamente en lo que respecta al escándalo de la contaminación, sino de su propia negligencia. ¿Por qué no estaba Fonterra enterada que San Lu estaba recibiendo quejas acerca de la leche en polvo contaminada desde diciembre del 2007? La respuesta podría hallarse en el propio reconocimiento de la compañía respecto a que solamente uno de sus 3 integrantes del Directorio de San Lu habla en mandarín. Durante meses, los sitios web no oficiales habían estado interrogando acerca de la leche en polvo contaminada de San Lu. ¿Por qué Fonterra no estaba vigilando estos ‘boletines electrónicos’ (blogs) relativos a la seguridad alimentaria? ¿Por qué fracasó Fonterra en organizar a las personas y los sistemas de manera de asegurar el cumplimiento de las normas y la seguridad de los productos? ¿Por qué falló en adoptar todo esfuerzo para garantizar la seguridad de la cadena de abastecimiento?

Es evidente que trabajar dentro del sistema chino no ha ocasionado los resultados esperados. Cuatro bebés fallecieron y unos 50.000 más están enfermos debido a la leche en polvo adulterada; Fonterra ha asumido una carga por daños equivalente a USD 95 millones para cubrir el costo del retiro del producto y las pérdidas del valor de la marca. La propia buena fe de Fonterra ha sido deteriorada, en la medida que el público continúa preguntándose cómo la compañía pudo haber dejado prolongar tanto este escándalo sin haber alertado al público.

Fonterra se ha referido a la tragedia de las muertes y los miles de enfermos graves. Ha señalado el daño a la marca y las pérdidas en sus inversiones. Lo que no ha mencionado es que su negligencia en China y el deterioro a su reputación pone en riesgo puestos de trabajo y sustentos, incluso en Nueva Zelanda donde sus productos representan un 25% de los ingresos de exportación.