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UITA
Unificando los trabajadores agroalimentarios y de hostelería en todo el mundo


Sindicatos sudafricanos reclaman solidaridad internacional para bloquear el acuerdo de la OMC destructor de empleos

Incluido en el sitio web de la UITA el 24-Apr-2006

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El Congress of South African Trade Unions (COSATU - Congreso de sindicatos sudafricanos) está lanzando una campaña masiva a nivel nacional e internacional en oposición a un acuerdo propuesto sobre Acceso al Mercado No Agrícola (NAMA - por su sigla en inglés) que está siendo enérgicamente apoyado por los países desarrollados y la Organización Mundial del Comercio (OMC). También estaremos oponiéndonos a una mayor liberalización de servicios propuesta en las negociaciones de la OMC. COSATU y muchas otras federaciones sindicales y ONG de todo el mundo, consideran que el acuerdo NAMA propuesto conduce a una catástrofe. Es un acuerdo proyectado solamente para beneficiar a las naciones norteñas ricas y poderosas, que tendrá devastadoras consecuencias para la mayoría de la población mundial en las naciones pobres del sur.

Supuestamente, esta ronda de negociaciones "Doha" de la OMC debía tratarse sobre la promoción del desarrollo. Se esperaba que los países desarrollados eliminaran sus muchos subsidios agrícolas que distorsionan los mercados agrícolas mundiales y brindaran mayor acceso a sus propios mercados a los países en desarrollo. Sin embargo, nuevamente, los países desarrollados han dejado de extender una mano solidaria a los pobres. En cambio, están ofreciendo a los países en desarrollo una terrible compensación. Ésta tiene la forma de menores subsidios agrícolas – distorsionantes del comercio – y mayor acceso a los mercados de productos agrícolas de los países desarrollados, a cambio de una importante liberalización comercial en los países en desarrollo, particularmente para productos industriales. Sus actuales propuestas podrían resultar en pérdidas masivas de empleos y retiro de las industrias en Sudáfrica y muchos otros países en desarrollo.

En realidad lo que EE.UU. y la UE han ofrecido a los países en desarrollo en materia de agricultura sólo son una defensa fingida de los compromisos que ya habían asumido. Sólo han ofrecido reducciones extremadamente modestas del subsidio a la agricultura nacional, manteniendo una gran cantidad de recursos para continuar subsidiando a los pequeños agricultores no competitivos en esos países. No han ofrecido adecuado acceso comercial en mercaderías agrícolas a los países en desarrollo y aún podrán bloquear importantes productos agrícolas de estos países. Al mismo tiempo, esperan que los países en desarrollo como Sudáfrica realicen reducciones significativas de nuestros aranceles, aplicados y consolidados para las mercaderías no agrícolas.

Los recortes arancelarios propuestos afectarán fuertemente a nuestros sectores de trabajo intensivo. Por ejemplo, utilizando la fórmula de reducción arancelaria propuesta por los países desarrollados (la llamada fórmula suiza) con un coeficiente de 30 (la variable propuesta que influye en cuán marcadas serán las reducciones arancelarias):
- Los aranceles en vehículos de pasajeros serían reducidas de la actual tasa aplicada del 34% a una tasa de 18,8%. Esto representa una disminución real de un impactante 45,5%
- Los aranceles para vestimenta serían reducidos de la actual tasa aplicada del 40% a una tasa del 18%. Esto representa un descenso real de un 55% global.
- Los aranceles de televisores se reducirían de la tasa aplicada actual del 25% a una tasa del 15%. Esto representa un descenso real de un 40% global.
- Los aranceles para mobiliario se reducirían de la tasa aplicada actual del 20% a una tasa del 12%. Esto representa un descenso real del 40% global.
- Los aranceles para productos plásticos finales se reducirían de la tasa actual aplicada del 20% - 25% a una tasa del 12% - 13,6%. Esto representa un descenso real de un 40% al 46% global.
- Los aranceles para auto-componentes por ejemplo, pastillas de freno y revestimientos, se reducirían de la tasa actual aplicada del 30% a una tasa del 15%. Esto representa un descenso real de un 50% global.

Los países desarrollados argumentan que los países en desarrollo no deben preocuparse sobre las reducciones arancelarias, ya que se les permitirá cierta flexibilidad excluyendo de la reducción tarifaria el 5% de sus líneas arancelarias o permitiendo que el 10% de sus líneas arancelarias sufran una reducción menor de la que propone la fórmula. La realidad es que estas flexibilidades no protegerán suficientemente a los/as trabajadores/as y a la industria ligera de Sudáfrica y de muchos otros países en desarrollo. Para tomar un ejemplo sudafricano, veremos un descenso substancial en 255 líneas arancelarias que afectan a la vestimenta. Si calculamos cuántas de estas podríamos proteger mediante las disposiciones de exclusión, encontramos que ya son el 4,63% de todas las líneas arancelarias. Si se incluye la gama más amplia de vestimenta, textiles, calzado y cuero, 15,3% de las líneas arancelarias se ven afectadas. Esto significa que ni siquiera vestimenta, textiles, calzado y cuero estarían protegidos por un 5% de exclusión. No existiría espacio siquiera para pensar en incluir automotores y componentes, plásticos, mobiliario, metales secundarios y la gama de otros sectores de trabajo intensivo. La utilización de la formula para reducir nuestros aranceles también impediría a Sudáfrica industrializarse en el futuro, ya que no podremos elevar los aranceles a un nivel suficiente para proteger los sectores de trabajo intensivo o en desarrollo. Esto nos condenará a ser proveedores de materia prima para la exportación.

Sin embargo, no es solamente Sudáfrica, como país en desarrollo el que sufrirá. Muchos otros países en desarrollo enfrentarán el mismo destino. Esta amenaza es ampliamente reconocida por investigadores de todo el mundo. Por ejemplo, Mehdi Shaffaeddin (quien anteriormente encabezaba el Sector de Políticas Macroeconómicas y de Desarrollo de la UNCTAD), recientemente argumentó que: "La aplicación de la formula suiza propuesta (en las negociaciones NAMA de la OMC) tiene un efecto importante y perjudicial a largo plazo sobre la industrialización de los países en desarrollo, además de la pérdida que significa en ingresos gubernamentales". En un documento, "La apertura comercial, ¿favorece o perjudica la industrialización y el desarrollo? ", Shaffaeddin dijo que el sector industrial de la mayoría de los países en desarrollo está subdesarrollado, por lo tanto es necesario que apliquen aranceles más elevados que los países desarrollados a algunas de sus industrias. "Las bajas tasas arancelarias, como lo proponen los países desarrollados, los harán perder un importante instrumento normativo para mejorar su estructura industrial. Más aún, la obligatoriedad de mantener los aranceles a bajo nivel no permitirá a un país en desarrollo elevarlos más allá de cierto nivel cuando enfrente problemas en la balanza de pagos".

La evidencia ha demostrado que la mayor liberalización implica una amenaza a la industrialización. Por ejemplo, según Shaffaeddin, un estudio de la UNCTAD sobre 50 países en desarrollo demostró que la mitad de aquellos que liberalizaron las exportaciones sufrieron pérdida de industrias. Sólo 10 de los 50 países expandieron su valor agregado de elaboración. El gobierno de Sudáfrica tiene un papel preponderante en una coalición llamada NAMA 11 (Argentina, Brasil, Egipto, India, Indonesia, Namibia, Filipinas, Sudáfrica, Túnez y Venezuela). La NAMA 11 ha discutido consistentemente en favor de un resultado evolutivo de la ronda en el cual el nivel de ambición en NAMA sea comparable al nivel de sus ambiciones en la agricultura: que los mayores ajustes deban realizarse en las áreas donde existe mayor distorsión – o sea el sector agrícola en los países desarrollados – con ajustes menores en los países en desarrollo y tomando en cuenta un trato especial y diferencial. Los países desarrollados también deberán aceptar reducciones más profundas en sus productos no agrícolas que los países en vías de desarrollo.

COSATU también recibió información de que el Director General de la OMC, Pascal Lamy, estará realizando sesiones “de antesala” a fines de abril del 2006 y comienzos de mayo del 2006, en un intento para asegurar que se alcance el acuerdo en las negociaciones NAMA. También ha estado cabildeando con gobiernos de todo el mundo, incluida Sudáfrica para intentar asegurar que se alcance el acuerdo. COSATU condena cualquier intento de la OMC de coaccionar a gobiernos claves para que se alcancen acuerdos sobre el NAMA, en pequeñas reuniones secretas, y luego se intente presionar al resto de los miembros de la OMC a firmar este acuerdo. Además de las negociaciones NAMA, se están realizando negociaciones paralelas para liberalizar drásticamente los servicios, incluidos aquellos en países en vías de desarrollo. Esto significa que los países desarrollados tendrán mayor acceso a nuestros mercados de servicios y el gobierno sudafricano tendrá menos posibilidades de brindar servicios a los pobres con el fin de impulsar el desarrollo. Nuestro mundo futuro yace en las manos de los que desean obtener ganancias en lugar de estar en las manos de nuestro gobierno democráticamente electo, con un mandato para erradicar la pobreza. Si se lo permite, los servicios como educación, salud, agua y transporte serán suministrados por poderosas compañías multinacionales, dejando de lado a los gobiernos. Como todos sabemos que su meta estratégica es la maximización de ganancias, esto significa dejar cada vez más de lado a los más pobres de los pobres. Los pobres de nuestro país y del mundo no pueden darse el lujo de permitir que estos servicios sean completamente absorbidos por los conglomerados multinacionales, que sólo empeorarán su situación. Los servicios a los pobres se convertirán en mercaderías que sólo aquellos que tengan dinero podrán costear. Este asunto es tan serio que, a menos que se tomen medidas al más alto nivel, enfrentaremos la posibilidad que un acuerdo de la OMC dicte el final de cualquier perspectiva para Sudáfrica de tener la capacidad de combatir seriamente la pobreza y el desempleo. Perderemos una parte importante de nuestro sector industrial y nos convertiremos simplemente en productores de productos primarios para la exportación y en un destino para el turismo. Si este fuera el caso, estaríamos verdaderamente condenados a ser mutilados y que, en el futuro y durante muchas décadas, requerirán de la caridad.

COSATU está dedicada a una serie de actividades para asegurar que los países desarrollados no puedan perpetuar una ronda desequilibrada que promueva el subdesarrollo. Hemos escrito cartas de índole urgente al Presidente, Vicepresidente y Ministro de Industria y Comercio exhortando al gobierno a continuar trabajando para reforzar las coaliciones de los países en desarrollo en oposición a las propuestas de los países desarrollados sobre NAMA y servicios, y a continuar promoviendo el desarrollo. Estamos entrando en contacto con los funcionarios gubernamentales sobre las posiciones que están tomando a respecto del NAMA. Hemos reclamado una reunión en Sudáfrica con el Secretario General de la Confederación Europea de Sindicatos a fin de exhortarlos a pasar de las declaraciones públicas en apoyo del desarrollo, a ejercer presión sobre los gobiernos europeos para que retiren sus propuestas que liberalizan aún más bienes y servicios. Hemos enviado cartas a la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), a la que está afiliada COSATU, instándolos a velar para que sus afiliados, en particular en países desarrollados, actúen para promover el desarrollo de los países del sur y reducir la pobreza y el desempleo. Hemos escrito cartas similares a los interlocutores de COSATU en todos los países desarrollados. Conjuntamente con CUT de Brasil y KCTU de Corea del Sur estamos trabajando para convocar una cumbre urgente de sindicatos meridionales para consolidar las coaliciones del sur y de la sociedad civil contra las intensas presiones ejercidas por los países desarrollados para dividir y forzarnos a aceptar sus exigencias.

Hemos realizados similares llamamientos a nuestros amigos de la sociedad civil y ONG, en nuestro país y en el exterior. En particular, hemos exhortado a las ONG a nivel mundial para que presionen a sus gobiernos a fin de garantizar un resultado en favor del desarrollo; Como parte de nuestra Campaña de Empleos y Pobreza, estamos convocando cumbres sectoriales entre el 9 y el 24 de abril del 2006 para proyectar nuestras acciones de huelga contra el desempleo. Cada una de estas cumbres por sector desarrollará un programa de acción detallado con el fin de respaldar en la OMC nuestras justas reclamaciones y las de los países en vías de desarrollo. Este programa incluirá piquetes y demostraciones que tomarán como objetivo a la Comisión de la Unión Europea, países específicos de Europa y a EE.UU. Hacemos un llamamiento a todos los progresistas, en el país y en el exterior, para que se unan a la campaña y detengan las nuevas formas de colonialismo que condenarán a todos los países en desarrollo a ser exportadores de materias primas y convertirse en destinos turísticos para los ciudadanos de las naciones desarrolladas.